viernes, 14 de mayo de 2010

Koka

Mi gata murió el dia 26 de marzo.

Era una gata muy especial, casi persona. Ahora sí que nada más hablar le faltaba.

Le gustaba comer pan y más fácilmente se robaba una galleta que un pedazo de carne. La leche le gustaba sólo después de que había tenido cereal. Se acabó casi una bolsa de colaciones ella sola. Todas las noches terminaba durmiendo conmigo y a veces se acostaba en mi pecho. Usualmente no se levantaba de la cama hasta que yo lo hacía (Si se despertaba antes que yo, simplemente se quedaba acostada conmigo hasta que yo me levantaba) Siempre estaba cerca de mí cuando usaba la computadora, acostándose en mi regazo, en el respaldo de la silla o arriba de mi mano (no me dejaba mover el mouse)

Cuando llegaba de la escuela siempre estaba ahí para recibirme y se paraba en dos patas par hacerlo, aferrándose con las garras a mi pantalón (A veces, también, se colgaba de mis pantalones para que no pudiera irme en primer lugar, por la mañana). Siempre que acababan las vacaciones pasaba una semana o dos antes de que pudiera acostumbrarse a que yo no estaba todo el día, y eran dos semanas en las que se la pasaba reclamándole a mi abuela sobre mi paradero.

Cuando era pequeña, solía ponérmela sobre la cabeza y caminar con ella por la casa. Le costó trabajo acostumbrarse a que ya no podía hacer eso porque creció mucho.

Adoraba jugar con chelines. Tenía radar, los encontraba no importa dónde los pusieras y hasta aprendió a abrir cajones para conseguirlos (También sabía abrir puertas de closet)

Una vez me despertó de un manazo en el pie.

He tenido muchos gatos, pero esta fue la mas querida y la más especial. La extraño mucho.

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